El riesgo de caída aumenta a medida que una persona se acerca a la tercera edad: una de cada cuatro personas mayores de 65 años se cae cada año. Actualmente, debido al aumento de la longevidad de la población, el número de caídas también se ha visto incrementado. Estas caídas ocasionan lesiones y enfermedades asociadas, lo que a su vez conduce a un aumento en la dependencia de las personas afectadas.
Así mismo, el temor a caerse se vuelve más frecuente cuanto mayor es el individuo, causando una disminución significativa en los niveles de actividad física de dichos individuos.
Entre las principales causas de caídas en los adultos mayores se incluyen:
Si se abordan estas causas de manera proactiva, es posible reducir significativamente el riesgo de caídas en los adultos mayores.
A continuación, se muestran algunas de las medidas para reducir los riesgos y promover la independencia:
Ejercicio Regular: La actividad física regular ayuda a mantener la fuerza muscular, el equilibrio y la flexibilidad. Los programas de ejercicio realizados por un fisioterapeuta tratan de combatir las caídas mediante el incremento de la fuerza, equilibrio, coordinación, capacidad aeróbica y reeducación de la marcha.
Adaptación del hogar: Realizar modificaciones en el hogar puede ser crucial:
Revisiones médicas: importancia de identificar problemas de visión, audición o efectos sedantes causados por los medicamentos que aumenten el riesgo de caídas.
Uso de bastones o andador: En caso de que sea necesario, utilizar bastón o un andador puede ser beneficioso. No obstante, es importante recibir una educación acerca de su buen uso, ya que el uso incorrecto de los mismos aumenta el riesgo de caída y, por lo tanto, de lesión.
Mantener una alimentación y un sueño saludable: Necesario para una buena salud tanto mental como física. Una dieta equilibrada contribuye a la salud ósea y muscular. Por otro lado, mantener una rutina regular de sueño no solo permite el descanso físico, sino que también tiene un impacto significativo en la función
cognitiva, la concentración y la capacidad de mantenerse alerta durante el día.
Participación social: Las conversaciones, las actividades compartidas y el contacto con amigos y familiares ayudan a reducir el riesgo de aislamiento y soledad, dos factores que pueden contribuir a problemas de salud mental y a la disminución de la calidad de vida. Participar en actividades sociales también estimula el cerebro, manteniendo la mente activa y fomentando la agudeza cognitiva.
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SUAMA SALUD: Centro RUEPSS con número E-6818 por la Consellería de Política Social, por lo que todos los servicios de rehabilitación son financiables a través de la libranza al servicio para todas aquellas personas que cuenten con el reconocimiento de un grado de dependencia.